Han bastado unos pocos días de sol para que la vida comience a estallar por doquier. Muchos animales inician ahora su temporada de cría y a algunos el celo parece trastocarlos bastante. El sábado, al mediodía, dos machos de Corzo (Capreolus capreolus) disputaban la hegemonía de su territorio en medio de un ballical, a escasos metros de una carretera local en el concejo de Castropol y ajenos a todo lo demás.
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