Hay días en que la afición por contemplar aves casi se muere. Pero hay otros que nos dejan el espíritu sosegado. El pasado 19 de mayo fue de los últimos. Y es que no siempre se puede ver en una misma mañana un Alcotán (Falco subbuteo) tranquilamente posado y a unas Cigüeñuelas (Himantopus himantopus) reponiendo fuerzas en su viaje migratorio. Y todo ello en la quietud del campo, sin prisas, sin ruidos. Quizás esta entrada de Naturaleza Cantábrica ayude a entenderlo.